LA INFANCIA DE HITTLER
AdolfO Hitler nació en Braunau am Inn, una pequeña aldea cerca de Linz en la provincia de la Alta Austria, no muy lejos de la frontera alemana, en lo que entonces era el Imperio Austrohúngaro. Fue el cuarto hijo de seis.[1] Su padre, Alois Hitler, (1837–1903), fue un agente de aduanas. Su madre, Klara Pölzl, (1860–1907), fue la tercera esposa de Alois. Ella era también su prima, así que se tuvo que obtener una dispensación papal para el matrimonio. De los seis
- Hitler era devoto de su madre y probablemente odiaba a su padre, quien era un estricto disciplinario. Padre e hijo tampoco compartían sus ideas políticas. Alois Hitler también deseaba que su hijo llegara a ser funcionario como él, empleo del que se sentía muy orgulloso y al que había llegado prácticamente sin una base académica. Pero al joven Hitler ese futuro no le seducía en absoluto, ya que estaba demasiado alejado de su objetivo, las artes. Se interesó por la pintura y la arquitectura, pero no logró ser admitido en la Escuela de Bellas Artes de Viena al no poseer talento.
- hijos de Alois y Klara, sólo Adolf y su hermana Paula llegaron a la edad adulta.[2] El padre de Hitler también tuvo un hijo, Alois Jr, y una hija, Angela, con su segunda esposa.[2]
- Como niño, Hitler dijo que era azotado a menudo por su padre. Años más tarde le dijo a su secretaria, “Entonces tomé la decisión de no llorar nunca más cuando mi padre me azotaba. Unos pocos días después tuve la oportunidad de poner a prueba mi voluntad. Mi madre, asustada, se escondió en frente de la puerta. En cuanto a mí, conté silenciosamente los golpes del palo que azotaba mi trasero.”[8]
El nombre “Adolf” viene del antiguo alto alemán y significa “lobo noble” (Adel=nobleza + wolf=lobo).[6] De ahí que uno de los apodos de Hitler puestos por él mismo fuera Wolf o Herr Wolf —comenzó a usar este apodo a principios de los años 1920 y se le dirigían con él sólo los amigos íntimos (como “Tío Wolf” por los Wagner) hasta la caída del Tercer Reich.[7] Los nombres de varios de sus cuarteles generales dispersos por toda Europa Continental (Wolfsschanze en Prusia Oriental, Wolfsschlucht en Francia, Werwolf en Ucrania, etc.) reflejan esto. Hitler era conocido como “AdiLa familia de Hitler se trasladó a menudo, de Braunau am Inn a Passau, Lambach, Leonding y Linz. El joven Hitler fue un buen estudiante en primaria. Pero en sexto, su primer año de enseñanza secundaria (Realschule) en Linz, suspendió y tuvo que repetir el curso. Sus profesores dijeron que no tenía “deseo de trabajar”. Uno de los compañeros de Hitler en la Realschule fue Ludwig Wittgenstein, uno de los más destacados filósofos del siglo XX. Un libro de Kimberley Cornish sugiere que los conflictos entre Hitler y algunos estudiantes judíos, incluyendo Wittgenstein, fueron un momento crítico en la formación de Hitler como un antisemita.[9]
SUS VIVENCIAS DE NIÑOarios y financistas judíos de los problemas económicos por los que pasaba Alemania en ese entonces (algunos de sus primeros discursos versaban sobre lo que él llamaba “la esclavitud del interés”). Como se verá, eso llevó a acusarlos también de llevar a Alemania a la derrota en 1918.
HMuchos historiadores especulan que su odio extremo hacia lEn 1905 abandonó la escuela secundaria de Linz para ir a Viena e ingresar en la Academia de Bellas Artes con el fin de convertirse en pintor, pero fue rechazado en el examen de ingreso. A pesar de su fracaso, decios judíos era por la posibilidad de que el padre biológico de Alois (y por tanto su abuelo) fuera de origen judío, lo que fue desmentido luego. Otros lo atribuyen a que su madre murió al cuidado de un médico judío, pero el mismo Hitler pareció estar agradecido por sus atenciones (le regaló una pintura y más tarde como canciller le permitió salir de Austria). Según algunos, sería la idea de la supuesta influencia sionista para que Estados Unidos entrara en la guerra. Hasta la fecha, ninguna de estas aseveraciones ha sido convincentemente confirmada. Otra hipótesis es simplemente de estrategia política. Hilter encontró un culpable simbólico que le permitía justificar fácilmente el nacionalismo alemán y superar la lucha de clases. El banquero no era malo por ser banquero, sino por ser judío. Si el banquero era alemán, nacionalista alemán, sólo podía empeñar la plusvalía que obtenía a costa de los trabajadores en engrandecer Alemania. Era una adaptación de la idea fascista del nacionalismo para superar la lucha de clases, pero era mucho más potente al identificar un enemigo mítico contra el que ya existía recelo y aversión mítica y antigua (los judíos como responsables de la muerte de Cristo). Una brillante idea con la que promover un movimiento unitario con una gran dosis de crítica y acción constructora (la gran Alemania) y una no menor dosis de destrucción y violencia mítica. La acción política perfecta: construir y destruir como propuesta polític
Según sus escritos, él consideraba a los judíos como una raza extranjera en territorio alemán y compartía muchas de las ideas antisemitas comunes en la época, que eran de origen muy antiguo (un ejemplo de esto lo tenemos en la influencia del panfleto apócrifo Los protocolos de los sabios de Sión). Así es como hablaba de una “conspiración judeobolchevique” (en la que incluía a todos los movimientos de izquierda por igual), al mismo tiempo que culpaba a los empresdió quedarse en Viena, viviendo de la venta de sus pinturas con grandes dificultades económicas (llegó a vivir durante tres años en un albergue para indigentes), para seguir pintando y presentarse a un segundo examen de ingreso, que no llegó a realizar nunca. Viena, una ciudad cosmopolita, con mucha vitalidad intelectual y multicultural, le era por completo incomprensible. En aquella época, en Viena existía un importante ambiente antisemita.
SU ADOLESCENCIA
Se trasladó a Múnich en 1913 para eludir el servicio militar en su país, aparentemente porque no deseaba servir a las órdenes de oficiales húngaros y judíos, y atraído también por la prosperidad y fortaleza que mostraba Alemania, en contraste con la decadente y débil Austria
A fines de 1909, Hitler conoció la verdadera pobreza cuando sus fuentes de ingresos se agotaron. Ese invierno, sin embargo, ayudado brevemente por un último obsequio de su tía, comenzó a pintar con acuarelas escenas de Viena para un socio comercial y consiguió dinero suficiente para subsistir hasta que partió rumbo a Múnich en 1913. Es posible que Hitler haya vivido y compartido el antisemitismo general que era común entre los nacionalistas alemanes de clase media. No obstante, él tenía relaciones personales y comerciales con judíos en Viena y, por momentos, dependió en parte de los judíos para su subsistencia. Esta pudo haber sido una excusa para disimular sus sentimientos reales hacia los judíos. No es sino después de la Primera Guerra Mundial que se puede demostrar que Hitler había adoptado una ideología “antisemit.ler, Hittler y Hitler. La teoría del escritor Franz Jetzinger de que el apellido guarda relación con el checo Hidlar o Hidlarcek ha sido citada en la literatura en numerosas ocasiones pero es aEn Viena, Hitler fue verdaderamente influenciado por dos movimientos políticos. El primero fue el nacionalismo racista alemán propagado por el político pangermano de Alta Austria, Georg von Schönerer. La segunda influencia clave fue la de Karl Lüger, alcalde de Viena desde 1897 hasta su muerte en 1910. Lüger, que todavía estaba en el poder cuando Hitler llegó a Viena, promovía un antisemitismo que era más práctico y organizacional que ideológico. No obstante, reforzó los estereotipos antisemitas e hizo ver a los judíos como enemigos de las clases media y baja alemanas. Por último, a diferencia de Schönerer, que siempre se había sentido más cómodo con el nacionalismo elitista de las fraternidades estudiantiles, Lüger se sentía más a gusto con las multitudes de las grandes ciudades y sabía cómo canalizar su protesta en su provecho político. Hitler tomó la ideología en gran parte de Schönerer, pero su estrategia y sus tácticas de Lüger.itler afirmaba que su bajón en la educación fue una rebelión contra su padre, que quería que el niño le siguiera en una carrera como agente de aduanas; en cambio, Hitler quería convertirse en pintor. Esta explicación se sostiene aún más por la posterior descripción de Hitler de él mismo como un artista incomprendido. No obstante, después de la muerte de Alois el 3 de enero de 1903, el trabajo escolar de Hitler no mejoró. A la edad de 16 años, Hitler abandonó la educación secundaria sin un título” por su familia y parientes más cercanos.Su padre, Alois Hitler, fue un hijo ilegítimo, por lo que durante los primeros 39 años de su vida llevó el apellido de su madre, Schicklgruber. En 1876, el padre de Alois, Johann Georg Hiedler, finalmente lo reconoció. En el siglo XIX eran comunes en Austria las variantes del apellido Hüttler, Hiedctualmente rechazada: lo más probable es que todas esas variantes deriven de Hütte (choza), con lo que el apellido significaría algo así como pequeño campesino» o «el que vive en una cabaña
La propaganda de los Aliados explotó el apellido original de la familia de Hitler durante la Segunda Guerra Mundial. Panfletos portando la frase Heil Schicklgruber fueron lanzados desde el aire sobre ciudades alemanas. Sin embargo, Adolf nació legalmente como Hitler; además, se encontraba también relacionado con Hiedler a través de sAl morir su padre, su madre mudó la familia a un apartamento modesto en Urfahr, un suburbio de Linz. Poco antes de cumplir los 16 años, Hitler cayó enfermo de una enfermedad pulmonar, que lo obligó a suspender sus estudios en la secundaria por un año. Una vez recuperado, ingresó a una escuela estatal en Steyr. En septiembre de 1905 decidió abandonar la escuela, luego de haber sido calificado positivamente en la asignatura de dibujo y haberse convencido a sí mismo que su futuro estaba en la pintura
Durante tres años, Hitler se mantuvo en Linz sin buscar trabajo, muchas veces en compañía de August Kubizek, probablemente el único amigo que tuvo en su adolescencia;según Hitler, estos años serían los mejores años de su vida. Aunque Hitler consideraba que su futuro estaba en la pintura o la arquitectura, era un voraz lector, prefiriendo obras de historia y mitología alemana. Para los dieciséis años, Hitler ya era un ferviente nacionalista pangermano, y aborrecía a los Habsburgo y a la diversidad étnica del Imperio austrohúngaro
- u abuela materna, Johanna Hiedler